La Placa Solar Fotovoltaica de 300w se recomienda para instalaciones en casetas de campo, chalets y viviendas de uso habitual incorporando con él, baterías y reguladores de carga. La Placa Solar de 300w se puede utilizar con reguladores para utilizarla directamente en instalaciones de 12V, aunque su uso más frecuente es en instalaciones solares de conexión a red de 24v.
La aplicación más común para este tipo de placa solar 300w, es la de proporcionar energía eléctrica a viviendas y casas de uso diario. Tres o cuatro ejemplares de 300W, alimentando unas baterías de 24V, pueden sostener el consumo de una vivienda habitual en un punto fuera de la conexión a la red eléctrica española. Son los más habituales en la gama de 24V, en España ya se han instalado grandes cantidades de paneles de 300W en casas de campo y chalets. Salen muy económicos al poder funcionar con reguladores PWM en lugar de los costosos MPPT.
La energía solar fotovoltaica transforma de manera directa la luz solar en electricidad empleando una tecnología basada en el efecto fotovoltaico. Al incidir la radiación del sol sobre una de las caras de una célula fotoeléctrica (que conforman los paneles) se produce una diferencia de potencial eléctrico entre ambas caras que hace que los electrones salten de un lugar a otro, generando así corriente eléctrica.
Existen tres tipos de paneles solares: paneles solares fotovoltaicos, generadores de energía para las necesidades de nuestros hogares; paneles solares térmicos, que se instalan en casas con recepción directa de sol; y termodinámicos, que funcionan a pesar de la variación meteorológica, es decir, aunque sea de noche, llueva o esté nublado.
En las etapas iniciales de la tecnología fotovoltaica, este tipo de energía se empleó para proveer de electricidad a los satélites. Fue en la década de los 50, apunta la APPA, cuando los paneles solares fotovoltaicos aceleraron su desarrollo hasta convertirse, en la actualidad, en una alternativa al empleo de combustibles fósiles.
La energía eléctrica generada mediante paneles solares fotovoltaicos es inagotable y no contamina, por lo que contribuye al desarrollo sostenible, además de favorecer el desarrollo del empleo local. Asimismo, puede aprovecharse de dos formas diferentes: puede venderse a la red eléctrica o puede ser consumida en lugares aislados donde no existe una red eléctrica convencional.
Por ello, es un sistema particularmente adecuado para zonas rurales o aisladas donde el tendido eléctrico no llega o es dificultosa o costosa su instalación o para zonas geográficas cuya climatología permite muchas horas de sol al año.
Las placas solares tienen un vida útil media es superior a los 30 años, y su coste ha disminuido ostensiblemente en los últimos años a medida que se desarrolla la tecnología fotovoltaica.
Tipos de Placas Solares
Las placas solares se pueden clasificar en función del tipo de célula fotovoltaica en:
– Monocristalinos: Los paneles solares monocristalinos son los que tienen tecnología más vieja, pero es la más desarrollada a la fecha. Están hechos de un solo cristal de silicio puro, como su nombre lo indica. Este tipo de paneles tienen las mayores tasas de eficiencia, ya que se fabrican con silicio de alta pureza. La eficiencia en estos paneles está por encima del 15% y en algunas casos supera el 21%. Además, suelen funcionar mejor que los paneles policristalinos de similares características en condiciones de poca luz. Tienen una larga vida útil; la mayoría de los fabricantes ofrecen una garantía de 25 años en sus paneles solares monocristalinos. Pero todo ésto hace que sean un poco más caros que el resto.
– Policristalinos: El proceso de fabricación de los paneles fotovoltaicos policristalinos es más simple, lo que redunda en menor precio. En vez de pasar por un proceso costoso y lento, los fabricantes simplemente ponen una semilla de cristal en un molde de silicio fundido y permiten que se enfríe; esta es la razón por que el cristal que rodea la semilla no es uniforme. Valorando el aspecto económico, para uso doméstico resulta más ventajoso usar paneles policristalinos o incluso de capa fina, aunque su eficiencia es menor comparada con los monocristalinos (ronda del 13 al 16%). Por esa razón, habría que disponer de mayor espacio, para poder alojar paneles más grandes y así alcanzar el mismo rendimiento que con los monocristalinos.
– Amorfas: En este tipo de paneles, lo que se hace es depositar varias capas de material fotovoltaico en una base. Dependiendo de cuál sea el material empleado, podemos encontrar paneles de capa fina de silicio amorfo (a-Si), de teluluro de cadmio (CdTe), de cobre, indio, galio y selenio (GIS/CIGS) o células fotovoltaicas orgánicas (OPC). Estos paneles son ligeros y, generalmente, inmunes a los problemas de sombreado u obstrucciones y condiciones de poca luz, que no suelen obstaculizar su rendimiento. Pueden ser flexibles, lo que permite que se adapten a múltiples superficies.
La tipología del material con el que esta fabricada un módulo solar afecta sobre las propiedades de la placa solar, así como al precio paneles solares fotovoltaicos.
Componentes de una instalación fotovoltaica
Los componentes de una instalación fotovoltaica ya sea para pequeñas aplicaciones o para una instalación fotovoltaica para una vivienda suelen tener los mismos elementos, pero difieren mucho en las tensiones y voltajes, por lo que en las instalaciones mas pequeñas pueden prescindirse de algunos componentes.
– Placa Solar: La placa solar sirve para transformar la energía del sol en energía que podamos aplicar a nuestra vida diaria mediante celdas solares fotovoltaica. Las celdas solares son pequeñas células hechas de materiales semiconductores, que pueden comportarse como conductores de electricidad o como aislantes, según el estado en que se encuentren.
– Regulador de Carga: Este elemento tiene la función proteger la descarga de la corriente para evitar sobrecargas. El regulador monitorea constantemente la tensión de la instalación. En el caso de que la instalación tenga baterías su función será protegerlas de sobrecargas y cuando estas se encuentren cargadas, interrumpirá el proceso de carga abriendo el circuito entre los paneles y las baterías, cuando el sistema comienza a ser utilizado y las baterías a descargarse el regulador nuevamente conecta el sistema.
– Inversor: Es el corazón del sistema, donde se gestiona la energía eléctrica en función de la demanda y la producción. Este dispositivo transforma la corriente continua del acumulador en corriente alterna a 230V 50Hz. Entrega la energía necesaria en cada momento. Solicita ayuda a fuentes externas, por demanda excesiva o por protección del acumulador, gestionando la carga de la batería y funcionando en este último caso como cargador.
– Baterías: La energía eléctrica de los paneles, una vez regulada, va a las baterías, que son las que almacenan la electricidad para poder usarla en otro momento. La comercialización está basada en la capacidad de almacenar energía y es medida en Amperios hora (Ah).